Blog del autor Sergio Moreno

martes, 17 de junio de 2014

CRYPTONOMIKON VII


Bien, pues un poco antes de lo que pensaba, ya ha llegado una buena noticia: desde hoy está disponible tanto en formato físico como en digital la antología Cryptonomikon VII, que recoje los ganadores del concurso de relatos del Cryptshow Fest 2014 así como sus finalistas, entre los que se encuentra un servidor. Se puede adquirir en www.lulu.com a un precio muy atractivo. Aquí os dejo el índice de autores que aparecen en el libro.

Ganadores:
Javier Fernández Bilbao. Wendigo.
Julia Flórez. 13 cuentos a razón de menos 5.

Áccesit:
Álvaro de Soto. El hombre del pañuelo.

Finalistas:
Isidro José Martínez. Gula.
Sergio Moreno Montes. Siempre me ha funcionado.
David Gambero. El valle inquietante.
Jaime Palacios. Los muertos mochos.
Tandro Quijada. Simios radiactivos del espacio.
Rubén Ibáñez. Caridad.
Marina Gómez. La resurreción de Betty Joe.
Walter Greulach. La última proeza de Luciano Andrés Parra.
Kalton Harold Bruhl. Ya nadie escucha.
Raúl Mateos. El bolso olvidado.
Francisco Oteiza. Piel de plástico.
David Gómez. L´oncle d´en pol.
María del Carmen Macedo. Caja de cristal.
Ernesto A. Parrilla. La aterradora verdad que esconden los pinos.
Paul Adrián Torres. Huesos en Marte.
Marta Reyes. El dragón enamorado.
Ignacio Nava. La bestia.
Edgar Cotes. Furts Flotants.
Vicente F. Conejero. La muerte y la niña.
Enrique Arnaiz. Dame la mano.
Débora Coves. Ojalá pudieras verme.
Josefina Bazán. El último llamando.

¡A disfrutarla!

lunes, 16 de junio de 2014

REFLEXIONES VARIAS

Hoy me apetece escribir un poco aquí, en mi blog, ese lugar que prácticamente sólo visito yo y en el que suelo colgar de vez en cuando comentarios acerca de libros que me han gustado especialmente o me hago partícipe a mí mismo de logros en el ámbito literario que no interesan a nadie salvo a mí y a un reducido grupo de amigos también escritores. El otro día, en la feria del libro de Madrid, acompañado por mi mujer y mis hijos y un gran amigo que no escribe pero también ama la literatura, mantuve una conversación de esas que, por alguna razón, recuerdas cuando menos te lo esperas. Me compré muchos libros: Extraños eones, de Emilio Bueso; Y pese a todo..., de Juan de Dios Garduño; NOS4AU, de Joe Hill; una especie de biografía ilustrada de Hayao Miyazaki y un cuento llamado ¿Qué hay en el agujero? para mi hijo mayor. Y pese a todo... ya está devorado. Me ha gustado mucho, la verdad, y a buen seguro veré su adaptación al cine cuando la editen en DVD o Blu-ray (hace tiempo que dejé de ir al cine a ver películas de terror, porque cuando quiero ver una película de miedo lo último que necesito es tener a una panda de adolescentes presuntamente borrachos riéndose en cada escena). Los demás están a la espera de que acabe la lectura de Fantasmas, de Joe Hill, en el que he encontrado uno de esos relatos que me hacen plantearme si realmente valgo para esto. Se trata de un relato llamado La ley de la gravedad. No os diré por qué me ha parecido uno de los mejores cuentos que he leído en mi vida, pero sí que creo que la literatura existe (o quizá subsiste sea más apropiado) gracias a textos como ese. También hace un par de días encargué casi todo lo que me falta por leer de Santiago Eximeno: Bebés jugando con cuchillos, ¿Quién es el Cruciforme?, Un escarabajo de siete patas rotas y Condenados. Estoy seguro de que mi experiencia con Umbría se repetirá, y estoy ansioso por ello. Se me acumulan los libros, los concursos en los que participar, la novela que tengo entre manos... Y entre todo ello, hace un par de días, se coló una fugaz esperanza, un atisbo de esa meta que todo escritor ansía. Quizá se quede en nada, o quizá en mucho, no lo sé. ¿Tiene sentido preguntárselo? A lo mejor ni siquiera merece la pena. Quiero decir: ¿por eso escribo? Yo creo que no, aunque a veces las convesarciones con uno mismo dan (y han dado) para una buena novela. Supongo que es ese reconocimiento final a un esfuerzo, a unas ilusiones, lo que de verdad quiero, aunque en el fondo piense que no lo necesito. Desde que comencé a escribir en serio, allá por el 2010, he logrado ganar o quedar finalista en siete concursos (bueno, en seis, si tengo en cuenta que uno de ellos fue más bien un texto que pagué por publicar en una antología), y eso me dice que ahí, a ese otro lado hacia el que todos los escritores lanzamos nuestras redes, hay al menos un puñado de personas que han valorado positivamente mi estilo, mi temática, mi enfoque, algo de lo que imaginé y plasmé sobre una pantalla de ordenador muy similar a la tuya... Y yo sigo queriendo más. Y no me gusta. Y justo cuando empiezo a creer que valgo para esto, que, joder, tengo al menos dos buenas novelas (para mí, siempre para mí) sin publicar y que mucha gente a la que conozco lo ha conseguido, y que al final, aunque sea por aburrimiento, lograré colar una de mis historias en las cargadísimas librerías... llega mi mujer y me dice: "Sergio, has ganado no uno, sino siete concursos literarios. Hay gente que se pasará el resto de su vida intentándolo y nunca lo conseguirá. Deberías estar satisfecho". Y me doy cuenta de que tiene toda la puta razón del mundo. Y la quiero todavía más por ello y por tantas otras cosas. Ella forma parte vital de mi escritura, aunque ni siquiera le gusta leer. Y soporta estoicamente la luz de la cocina encendida cada noche y el olor a tabaco que queda por la mañana sin regañarme demasiado a menudo. Esas cosas son las que le hacen a uno saber donde está, en qué lugar de sus ilusiones flota y en que punto está el suelo al que, tarde o temprano siempre debemos volver. Es mi ancla, y también mis alas. Adoro esa sensación.
Y escribo. Sigo escribiendo porque me encanta, aunque sólo sea para compartir mi amor por las letras, por muy llenas de sangre que estén. Porque me hierve la cabeza de ideas. Y porque no sé si son buenas o malas, pero disfruto como un niño al escribirlas. Y porque creo que la vida se reduce a eso: a disfrutar como putos enanos de ella, con tus aficiones, con tu familia, con lo que sea que te haga feliz, pero a disfrutar.
Quizá la próxima vez que me hable desde este blog sea para contarme una buena noticia.
Mientras tanto sé donde estoy. Sé quién soy. Y sé a dónde voy.
Buenas noches.

domingo, 1 de junio de 2014

FINALISTA EN EL VII CRYPTSHOW FESTIVAL

Hacía un mes que no me pasaba por aquí, y me alegra que sea con una buena noticia. Como habéis leído en la entrada, soy uno de los finalistas del Cryptshow Festival de este año. Es la tercera alegría en el ámbito literario que me llevo en lo que va de 2014, y a pesar de que el galardón al mejor relato no ha sido para mi me siento muy orgulloso de haber logrado entrar entre los finalistas. Tanto los ganadores como los finalistas serán publicados en la antología Cryptonomicón 7, que podrá adquirirse a través de www.cryptshow.com tanto en papel como en digital, así que si os apetece leer unas cuantas historias de fantasía, terror y ciencia-ficción lo tendréis disponible a principios de julio. Mi relato se llama Siempre me ha funcionado, donde alguien muy familiar hablará con vosotros acerca del miedo. Un saludo a todos y hasta la próxima!